Diciembre es un mes de despedidas, celebraciones y las tradicionales fiestas de Navidad y Año Nuevo. En esas ocasiones, el consumo de bebidas alcohólicas es frecuente, pero sus efectos y la dependencia que provoca en cada persona depende de varios factores.

El consumo excesivo de alcohol es un factor de riesgo de cientos de enfermedades y lesiones, como cirrosis hepática, problemas cardiovasculares y algunos tipos de cáncer, además de trastornos mentales y de conducta, incluida la dependencia.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el alcohol es responsable de tres millones de muertes al año en todo el mundo, lo que representa alrededor del 5,3% de todos los fallecimientos.

Muchos factores pueden conducir al alcoholismo, especialmente cuestiones ambientales relacionadas con la salud mental. La ansiedad, la depresión, la baja autoestima y el estrés, entre otros problemas, afectan la forma en que un individuo afronta la vida, y las sustancias presentes en el alcohol alivian estas sensaciones debido a los efectos neuroquímicos que provocan.

Después de consumir estos productos, el cerebro libera sustancias químicas al torrente sanguíneo que provocan una sensación momentánea de placer y bienestar.

Algunos científicos llevan décadas investigando si además de los factores ambientales, también existen factores de riesgo genéticos que influyen en la dependencia del alcohol.

Actualmente hay pruebas genéticas que contribuyen a determinar la predisposición al alcoholismo, una adicción que se caracteriza por un consumo abusivo y un deseo incontrolable por esta sustancia, asociado a los síntomas de tolerancia al alcohol y abstinencia.

 

Genera, primer laboratorio latinoamericano especializado en genómica personal, a través de su panel Genera You, incluido en su Test de Bienestar, ofrece la posibilidad de explorar características genéticas entre las que se incluye la tendencia al alcoholismo.

Estudios científicos recientes han demostrado que los genes asociados con el sistema de recompensa del cerebro y la capacidad del cuerpo para absorber y procesar el alcohol se vinculan con la dependencia.

El gen FAAH, por ejemplo, es responsable de una proteína que regula un importante neurotransmisor asociado con la sensación de recompensa. Una variación en este gen que reduzca la actividad de esta proteína puede hacer que el individuo esté predispuesto al alcoholismo.

El análisis de este gen está presente en el Test de Bienestar de Genera, incluidos en los paquetes Standard y Premium. En sus paneles también se revelan características relacionadas con la nutrición, la actividad física, el envejecimiento, el cuidado de la piel y la predisposición a enfermedades, entre otros aspectos.