Los especialistas de diseño que forman parte del Centro de Estética de AkzoNobel estudian desde hace más de 20 años las tendencias del momento y las transforman en paletas de colores a través de una rigurosa investigación de las ideas sociales, culturales y de diseño para 80 mercados de todo el mundo. Con este aporte, AkzoNobel busca acompañar al consumidor en la elección de los tonos adecuados para generar ambientes acogedores, que potencien el bienestar en el hogar o el trabajo.

“Puede parecer que no es posible cambiar el mundo, pero cambiar nuestro mundo sí lo es. Con nuestro Color del Año 2024, Lugar de AfectoTM, y tres nuevas paletas, queremos ayudar a nuestros clientes a transformar sus ambientes de la casa y del trabajo en los lugares que necesitan”. comentó Helen Van Gent, directora creativa del Centro de Estética Global de AkzoNobel. 

Para la temporada venidera, los expertos en color de AkzoNobel trabajaron para encontrar un tono que materializara una cálida y confortable sensación de pertenencia, aportando intimidad y satisfacción en los distintos entornos.

De esta forma, Lugar de AfectoTM lleva a valorar los espacios que se habitan frente a la vida exterior. Inspirado en la suavidad de las plumas y la sutileza de las nubes del atardecer, el Color del Año aporta estabilidad, calma y amabilidad a la casa o los espacios del trabajo. Es delicado y sofisticado, y cambia de tonalidad con la luz sin perder la calidez. Con una coloración de base positiva y sutil, funciona bien por sí solo en un esquema decorativo sencillo, al tiempo que sirve para realzar una gran variedad de tonos.

El Color del Año está acompañado por tres paletas que buscan acompañar las nuevas tendencias y comportamientos, utilizando el color para generar distintos estados de ánimo y resguardarse del mundo hostil.

Cada una de ellas fue creada para proporcionar una personalidad única y responder a las tendencias particulares del momento: la búsqueda de pertenencia, la calma y la alegría.

La inclinación por la búsqueda de pertenencia nace de la necesidad de sentir que se forma parte de algo más grande que uno mismo. Se visualiza la importancia de generar espacios de arraigo que contengan recuerdos y cuenten una historia de vida propia.

Así surge la Paleta de la Bienvenida, con tonos globales y terrosos, que obsequia una gran dosis de confort y sentido de pertenencia. Matices cálidos de piedra natural, tierra y arcilla hacen que una habitación resulte familiar y acogedora. Como estos colores comparten la misma cualidad melosa, son perfectos para superponerlos y crear armonía.

Por otro lado, la búsqueda de la calma se desprende de la ajetreada forma de vida actual, de un mundo complejo y saturado de información que incita a desconectar y despejar la mente para encontrar claridad.

La Paleta de la Paz Interior propone intervenir los hogares con una decoración simple. Tonos de bosques y paisajes marinos, azules y verdes fluidos, contribuyen a aportar una sensación de calma y serenidad, al tiempo que se complementan a la perfección con materiales naturales como la madera, el corcho o la lana.

Por último, la búsqueda de la alegría se traduce en el goce de los momentos cotidianos que dan placer, cuando el hogar puede transformarse en un lugar propicio para pensar y sentir con optimismo y entusiasmo la vida.

La Paleta de la Energía Positiva es una invitación a aprovechar y disfrutar los momentos de felicidad llenando de alegría los hogares. Una combinación moderna de lilas y amarillos suaves ofrece propuestas divertidas que pueden añadir impacto a cualquier ambiente, sin resultar atrevidas o intrusivas. Estos tonos son grandes aliados de los materiales naturales y realzan cualquier colección de muebles.