Más de 40.000 personas acceden al agua segura gracias a la intervención de Coca-Cola Uruguay y Cruz Roja
Más de 40.000 personas acceden al agua segura gracias a la intervención de Coca-Cola Uruguay y Cruz Roja

Apostar a la construcción de un futuro más sostenible e impactar positivamente en las comunidades garantizando el acceso al agua potable son los propósitos que guían el accionar de Coca-Cola Uruguay que, a través de un trabajo conjunto con Cruz Roja, favoreció a 42.062 personas permitiendo el acceso a este recurso de forma segura.

La Fundación Coca-Cola, y su socio embotellador Coca-Cola FEMSA se propusieron facilitar el acceso al agua potable de manera sostenible a población de los sectores más vulnerables de Montevideo y Canelones.

“Para hacer frente a una de las sequías más severas que ha experimentado el país en décadas, y estar preparados ante eventuales situaciones derivadas del cambio climático, una vez más nos unimos a aliados clave y aportamos innovaciones tecnológicas para brindar una solución tangible a las comunidades vulnerables. Mediante una asociación con la Cruz Roja Uruguaya, los aportes de la Fundación Coca-Cola y Coca-Cola FEMSA, logramos suministrar 176 purificadores de agua y más de 500 recipientes de almacenamiento a 49 centros comunitarios y policlínicas en Montevideo y Canelones, reforzando así nuestro compromiso con el bienestar de estas comunidades”, destacó Silvina Bianco, directora de Asuntos Públicos, Comunicaciones y Sustentabilidad de Coca-Cola Argentina y Uruguay.

Los filtros de ósmosis inversa para la potabilización y remineralización del agua entregados a las comunidades, realizan un proceso de purificación a través de membranas semipermeables, alcanzando una calidad igual a la embotellada. Cada purificador tiene la capacidad de tratar 2.600 litros de agua por día, es fácil de usar y funciona durante dos años sin necesidad de mantenimiento. Asimismo, se realizó la compra de repuestos con una vida útil estimada de dos años adicionales.

También se distribuyeron 500 recipientes de almacenamiento de agua para familias de las zonas afectadas. Todo esto estuvo acompañado de sensibilizaciones que apostaron a ampliar el impacto del proyecto a través de información técnica para generar conciencia en la comunidad sobre el cuidado del agua y la prevención de la contaminación.

Respecto a las capacitaciones, Coca-Cola Uruguay apoyó la realización del curso de formación en Gestión de Riesgo y Abordaje Comunitario para capacitar a las personas voluntarias de Cruz Roja de todo el territorio nacional. De esta manera, se buscó fortalecer las capacidades de las comunidades en materia de prevención y mitigación de los riegos ante futuras emergencias que puedan ocurrir en el territorio.

A través de esta acción se alcanzó un total de 150 voluntarios, que fueron instruidos en cómo   promover la resiliencia comunitaria en zonas donde la frecuencia, el riesgo y la probabilidad de las emergencias más ocurrentes se han visto incrementados en los últimos años.

Estos transmitirán sus conocimientos en al menos tres comunidades con el cometido de hacerlas conscientes de los riesgos a los que se enfrentan, logrando la reducción de la exposición de las personas, bienes y medios de vida a eventos destructores, mejorando el ecosistema local y favoreciendo a las personas más vulnerables.

“Estamos muy orgullosos de haber acompañado esta propuesta, que buscó potenciar el bienestar de la comunidad a través de sinergias con asociaciones del sector público-privado, así como con diversas organizaciones no gubernamentales (ONG). La iniciativa se enmarcó en nuestra estrategia global de protección del agua hacia 2030, centrada en tres pilares: mejorar la eficiencia del uso de este recurso en nuestras plantas, promover la conservación de las cuencas hídricas y aumentar la resiliencia de las comunidades locales”, concluyó Lucía Ottati, gerenta de Legales y Asuntos Corporativos de Coca-Cola FEMSA Uruguay.

La puesta en marcha de este proyecto para fomentar el acceso al agua segura tuvo como antecedente la situación de sequía continuada en todo el país y de emergencia hídrica que afectó el área metropolitana en 2023. Este fenómeno climático puso de manifiesto la necesidad de que la población y el país generen planes y programas para promover fuentes alternativas de acceso al agua y contar con una cultura más responsable y sostenible, que garantice el acceso de este recurso a la población, específicamente a aquella que se encuentra en un contexto de especial vulnerabilidad.