Cámara de Industrias del Uruguay celebró sus 127 años en un nuevo Día de la Industria
En el evento participaron el presidente Yamandú Orsi y la ministra Fernanda Cardona, entre otras autoridades nacionales.
El Club de los Industriales fue nuevamente sede del Día de la Industria, evento organizado por la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), que además celebró sus 127 años de trayectoria y contó con el auspicio del Banco República.
En esta ocasión especial participaron el presidente de la República, Yamandú Orsi; la ministra de Industria, Energía y Minería (MIEM), Fernanda Cardona; el presidente de la CIU, Leonardo García, junto a otras autoridades nacionales y representantes del sector.
La jornada comenzó con la inauguración oficial de la exposición “La industria es parte de tu vida: producción con responsabilidad social y ambiental”, cuyo corte de cinta estuvo a cargo del presidente Orsi, la ministra Cardona y García. A su vez, la propuesta cuenta con un catálogo digital de iniciativas sociales y ambientales de 30 empresas socias de CIU.
Como apertura, tomó la palabra el contador Sebastián Pérez, asesor económico de la CIU, quien presentó un análisis sobre la evolución de la producción industrial. Indicó que, en la actualidad, la industria genera en Uruguay 160.000 empleos directos y 100.000 indirectos, pagando salarios que están 15% por encima del promedio nacional.
Pérez enumeró las fortalezas, debilidades, amenazas y oportunidades que brinda el sector. En materia de fortalezas se refirió a la estabilidad política y macroeconómica, la buena calidad de infraestructura, la existencia de acuerdos de acceso preferencial a países de la región, la ventaja comparativa de tener fácil acceso a las materias primas agropecuarias y la aplicación de diversos instrumentos de promoción de inversión.
También planteó como fortalezas del entorno las preferencias en las compras públicas, el hecho de contar con un sistema financiero con capacidad de financiar proyectos de largo plazo, las acciones de promoción al desarrollo empresarial desde el gobierno y el acceso a maquinaria, bienes de capital y tecnología a precios internacionales.
En lo que refiere a las debilidades, recordó que hay volatilidad de precios de exportación y tipo de cambio, un elevado costo país, un mercado interno reducido y concentración de las cadenas de retail. Desde el entorno, hay dificultades para cerrar acuerdos internacionales, burocracia en los procesos, escaso control normativo de los productos importados, una legislación laboral anticuada y con alta injerencia del Estado, incertidumbre sobre los precios de los energéticos y desconocimiento del rol de la industria para el país.
Como amenazas, dijo que desde lo internacional hay tensiones geopolíticas y guerras comerciales, a lo que se suma una región con alta volatilidad e inestabilidad política y económica. En lo nacional, consideró una amenaza la posibilidad de que se reduzca la carga horaria semanal, los crecientes costos en protección social, la inseguridad y el contrabando organizado.
Sin embargo, advirtió que se abren oportunidades debido a la creciente demanda global de productos agroindustriales, trazables y con bajo impacto ambiental, así como de alimentos. Dijo que a nivel nacional se ha institucionalizado el diálogo, hay nuevos proyectos y captación de nuevas inversiones en zonas francas y parques industriales.
Luego, el presidente de la gremial, Leonardo García, agradeció la presencia de todos los asistentes y destacó el desarrollo de los proyectos Comunidad Industrial Mypes y Círculo Industrial. También mencionó los problemas de competitividad y productividad que enfrenta el sector, el déficit fiscal y los elevados costos energéticos.
“Hoy seguimos pagando una de las energías más caras de la región. Esta situación impacta negativamente en la competitividad del país, en atraer y mantener inversiones que son intensivas en energía eléctrica”, puntualizó.
También hizo referencia a las “prácticas que discriminan negativamente a la industria nacional”, como la ley de fronteras, que no soluciona el problema de fondo del contrabando organizado, “que socava la formalidad, alimenta la economía ilegal y, en consecuencia, aumenta la inseguridad”.
A esto se suman las franquicias y las compras al exterior, que compiten con los fabricantes locales, que “registran los productos, pagan impuestos y cumplen con todas las normas. Cada mes de van del país alrededor de US$ 15 millones en esas compras”.
García expresó su preocupación por que las compras del Estado no siempre incluyen a la industria nacional. Agregó que “cada vez hay más proyectos que obtienen exoneraciones tributarias para importar bienes que produce la industria nacional. Eso desestimula la producción local y genera una competencia desigual”.
Otro factor de inquietud es la concentración de compras en grandes superficies, donde cada vez más predominan los productos importados. “Cuidemos lo nuestro, lo que se pierde no se recupera”, advirtió.
En lo que refiere a lo laboral, afirmó que “un país no puede desarrollare si cada dos años, en los Consejos de Salarios, se busca refundar las relaciones laborales. No puede haber normalidad cuando se detienen plantas, se tira leche, se paraliza el puerto o sectores enteros acumulan 80 días de conflicto en plena zafra”.
En ese marco, enfatizó que “no es posible” atender al reclamo de reducir la jornada laboral, porque “menos trabajadores trabajando menos horas, no es un modelo sostenible”.


